sábado, 11 de mayo de 2013

Sentimientos escondidos ♫



Le conocía desde hace unos años y aunque tuviera pinta de ser un chico malo, desde el primer día supe que ese chico era todo lo contrario de lo que aparentaba. Estaba sentada sobre las pequeñas piedras que cubría el suelo de la playa de Brighton, a la izquierda del Brighton Pier, Detrás de mí, unos cuantos pasos hacia atrás estaba el mini golf. Había algunas bolitas de plástico de colores por la playa. Hacía Sol, el viento movía mi larga melena de color castaño claro. Las olas comenzaron a alcanzar los dedos de mis pies, pues estaba cerca de la orilla. Dos gaviotas volaban sobre mí, una de ellas descendió dejándose caer en picado sobre el mar, se mantuvo en el aire unos instantes, observando a su presa, un pequeño pez que disfrutaba del Sol que caía perpendicular hacia la zona en la que se encontraba nadando. El pez no se percataba de que estaba siento vigilado; a su vez, la gaviota tampoco se daba cuenta de que yo estaba ahí sentada observando toda la escena. Decidí tumbarme encima de las pequeñas piedras, pues no quería presenciar la muerte de un pequeño pececito, con una gaviota como asesina en serie. Mis gafas de Sol protegían mis ojos de los rayos luminosos que caían sobre ese lugar de Brighton. Cerré los ojos sonriente mientras una canción resonaba dentro de mi cabeza. No era una canción normal, era su canción. Su voz resonaba en mi cabeza. 'I'm blinded 'cause you're everything I see..When he opens his arms and holds you close tonight, It just won't feel right, 'cause I can love you more than this, I love you more than this' La voz sonaba muy alta, bastante para ser sólo un producto de mi imaginación. ¿De verdad estaba imaginándomelo? La voz dejó de sonar. Decidí abrir los ojos.
-¡¿Qué haces aquí?! -exclamé asustada al tenerle a pocos centímetros de mi cara.
Estaba de rodillas, sonriéndome detrás de mí. Inclinado hacia delante para que nuestros rostros estuviesen frente a frente. Se levantó y se sentó a mi lado, decidí volver a sentarme de nuevo. Se acercó a mí y ambos miramos las olas caer unas sobre otras como si de un dominó se trataran; cómo cuando un niño pequeño coloca todas las fichas en fila, tira la primera y caen todas sucesivamente.
-Aún no has contestado mi pregunta -dije mirándole fijamente a los ojos.
-¿Qué pregunta? -dijo desviando la mirada otra vez hacia el mar.
-¿Qué haces aquí, Zayn? ¿Por qué no has ido con los chicos? ¿Para qué has venido? -disparé las preguntas una a una.
Quizás demasiadas preguntas para una respuesta. Una respuesta que probablemente no estaba preparada a oír, o quizás sí.
Se quedó un segundo mirando al frente, suspiró y mirándome a los ojos contestó.
-Mañana nos vamos a Londres, otra vez, nuestras vacaciones se han acabado, nos toca volver  a trabajar de nuevo, tenemos una pequeña gira por Inglaterra, mientras acabamos de grabar el nuevo disco y bueno -hizo una pausa-mientras los chicos se han ido a comer al Burger King de ahí al lado he venido a despedirme de ti, y a cantarte lo que no he sido capaz de decirte en estos años 'Your hand fits in mine like it's made just for me, but bear this in mind it was meant to be, and I'm joining all the dots with the freckles on your cheeks and it all make sense to me...I won't let this little things, slipt out of my mind, but if it's truth, is you, oh is you, they add up to, I'm in love with you, and all your little things' No me podía creer lo que estaba cantándome, estaba llorando, no sé si de la emoción que sentía en ese momento o por que se iba, estaba claro que le echaría de menos.
Tras acabar de cantar, se acercó a mí, me cogió de la barbilla y me besó dulcemente, sin dejarme escapar de él. Era la primera vez y la última en mucho tiempo. Se iba en menos de 24 horas, pero me daba igual, llevaba años esperando ese momento y a pesar de los kilómetros que me separarían de él, estaba segura de que le volvería a ver algún día...

viernes, 19 de octubre de 2012

Capítulo 11: One Thing


Uno de los monumentos más famosos de Londres estaba en frente de mí. Ahora lo entendía, Alex había reservado una de las cabinas para ver Londres desde un solo ojo, el Ojo de Londres. Y yo, me había dado cuenta pasando por encima del río Támesis, por el Tower Bridge en concreto. Caminamos por el paseo en dirección a aquella gigante noria, y en unos minutos, estábamos en frente de aquel lugar tan conocido mundialmente, que había visitado tanta gente. Un lugar al que nunca me había imaginado que iba a ir y menos con aquel maravilloso chico. El que ahora me estaba mirando con sus preciosos ojos marrones.
-¿Estás lista?-preguntó.
-Sí, pero aun estoy pensando en el por qué de todo esto ¿tienes pensado decírmelo?
-Ahora lo descubrirás.

Subimos unas escaleras plateadas y Alex habló con el dependiente, este nos hizo pasar por una especie de mini alfombra roja, como las de los estrenos de las películas. Una cabina de cristal con unas líneas rojas pintadas, estaba justo a nuestro lado. El dependiente abrió la cabina con una llave. Entramos en ella, me senté en frente de Alex en un mini sofá de terciopelo rojo y  el dependiente la cerró con llave. Sentí como nos elevábamos en esa bola gigante de cristal. Veía Londres según subíamos, el Támesis por donde antes había pasado, el Tower Bridge,  el Big Ben, el Shakespeare Globe Theatre, el Buckingham Palace e incluso el monumento más grande de Europa que aun estaba en construcción. Llegamos arriba. La noria se paró.
-¿Quieres saber por qué estás aquí ahora mismo conmigo y no con el resto en el cine?-dijo mirándome fijamente a los ojos.
-Según como lo has dicho me parece que ya lo sé-dije soltando sin querer una risa tonta.
-Ven aquí, anda-dijo sonriendo.
Me levanté del sofá y me senté a su lado, me rodeó con su brazo y apoyé mi cabeza contra su pecho, oí su corazón latir. Con la misma fuerza que esa noche. Mi corazón se aceleró, parecía que la cabina iba a estallar de lo fuerte que latían nuestros corazones. Levanté mi cabeza de su pecho y le miré a los ojos. Alex se acercó lentamente hacia mí se inclino y sentí sus labios pegados a los míos, nuestras lenguas se enredaron. Me besó por última vez y me susurró al oído:
-I love you.
-Joder si suena más bonito hasta en inglés- dije riéndome.
-Hala, ya has jodido el momento-sonrío moviendo la cabeza.
-Cállate-dije dándole un pico.
-Es la mejor manera de mandar callar que he visto en mi vida-dijo antes de devolvérmelo.
La noria volvió a bajar lentamente, cada vez estábamos más cerca del suelo, hasta que por fin llegamos. Mi primer viaje en noria se había hecho inolvidable.
El dependiente abrió la puerta, salimos de la cabina y vi como le guiñaba un ojo a Alex. Él sonrió, cogió mi mano y nos dirigimos al paseo por el que antes habíamos pasado,  pero esta vez con las manos entrelazadas.
-¿Y ahora a dónde vamos?
-Al cine, con el resto.
-Vale, pero les damos la noticia esta noche ¿vale?
-Yo creo que se van a dar cuenta.
-Bueno, qué más da.
Sonreí y le miré a los ojos, esta vez de una manera diferente. Le miré con ternura y le di un beso en la mejilla. Pasó su brazo por mis hombros y le cogí la mano. Atravesamos el Tower Bridge y nos adentramos en las anchas calles de Londres, subimos una calle por detrás de un hotel y llegamos a la zona central de la ciudad. Allí había un centro comercial, en el que nuestros amigos iban a ir al cine.
-¡Lo conseguiste!- oí una voz masculina gritar detrás nuestra.
-¿Zack?-pregunté girándome y soltando la mano de Alex.
En frente mía estaba un chico rubio de pelo largo y de ojos verdes con la mirada fija en mí. Detrás de él estaban el resto de los chicos y otras tres chicas más. ¿Tres? Valeria, Kat, y ¿quién es la otra? ¿Ya me habían reemplazado? Me fije en la cara de la chica, no me sonaba de nada, ni idea. No la conocía. Noté como me devolvían la mirada y se acercaron a donde estábamos nosotros.
-Hola.
-Hola.
-Sara, Alex, ésta es Cris, ha llegado hoy nueva al instituto justo unas horas después de haberos ido vosotros.
-Encantada-le di dos besos.
-Igualmente-contestó sonriente.
Parecía maja. Sí, seguro que lo era. Tenía el pelo castaño oscuro, ondulado con unas ondulaciones perfectas y unos preciosos ojos azules.
-¿Qué tal en la noria?-dijo Valeria mirándome enarcando las cejas.
-Bien-dije mirando a Alex y sonriendo.
-Bueno que, ¿no veníamos a ver una peli?-interrumpió Alex cambiando de tema.
-Sí, por cierto ¿Cuál vamos a ver?-pregunté.
-¿Hay Amanecer en la cartelera?-preguntó Cris-quiero ver a Taylor Lautner.
Esa chica ya me caía bien. Le sonreí.
-Vamos a mirar-dijo Valeria.
Kat y yo fuimos con ellas a mirar la cartelera del cine, y por suerte si estaba, la veríamos primero que en España.
Alex se dirigió a la taquilla.
-Eight tickets for Breaking Dawn, please-dijo en un perfecto inglés.
-Okay, here you are-el joven taquillero le dio ocho entradas.
-How much is it?-preguntó Alex
-It’s twenty eight pounds-contestó el joven.
-Okay- Alex pagó.
El chico le dio el cambio y le dimos lo que costaba cada entrada, tres con cincuenta cada uno. Nos adentramos a la sala dos, en la que estrenaban justo ese día la película. Nos sentamos en la última fila de butacas. Las chicas me rodearon para un lado nos pusimos las chicas y para el otro los chicos. Valeria y Kat me miraron fijamente pero las ignoré.
-¿Tienes pensado contarnos lo que pasó?
-No-dije riendo-.
-Ah, muy bien-dijo Kat haciéndose la ofendida-.
-¡Venga tía cuéntanoslo!-exclamó Valeria.
-Sí,-dijo Cris-yo aún no te conozco mucho pero también quiero saberlo.
-Os lo cuento esta noche,-contesté-lo prometo.
-Vale.
Las luces se apagaron y la pantalla del cine se iluminó, había un pequeño cambio a los cines españoles, bueno un cambio bastante grande… ¡La peli estaba en inglés! Pero se entendía bien. Taylor Lautner apareció en la pantalla furioso, sus ojos estaban llenos de rabia y lanzaba un papel al suelo, la invitación a la boda de Edward Y Bella, a continuación se quitó la camiseta, todas las chicas de la sala empezamos a gritar enloquecidas.
-¡No me jodas tío! Que tengo yo mejor cuerpo-gritó Jake cuando nos calmamos.
-¡Callate Jake!-contestamos nosotras gritando al unísono.
Los chicos empezaron a reír. Una chica que estaba  en las butacas de delante de nosotros les mandó callar. Los chicos se quedaron callados durante toda la película.
La película acabó, las luces se encendieron y salimos del cine. La gente hablaba de la película, de lo que les había gustado y lo que no. Decidimos ir a cenar a una pizzería que estaba a unos pasos de allí. Las pocas mesas que tenía la terraza estaban llenas, puesto que a esa hora no hacía mucho frío en la calle. Entramos en la pizzería y había tres mesas libres al fondo. Juntamos dos de ellas y llamamos al camarero. Era un tipo joven de pelo castaño y unos impactantes ojos marrones que vestía el uniforme del local. Kat  le miró divertida.
-Hello, are you ready to order?
-Yes, wait a minute, please-dijo Alex.
-¿Qué preferís la de cuatro quesos, la barbacoa o la Prosciutto que es de jamón york y queso, con aceitunas?-pregunto Nico.
-No me gustan las aceitunas-dijo Valeria.
-¿Pedimos una prosciutto normal y una de barbacoa?-pregunto Zack.
-Mejor dos ¿no?-dijo Cris-mejor que sobre a que falte.
El camarero nos miro.
-¿Lo habéis decidido ya?
-Yes, we… un momento, ¿has hablado en español?-pregunte algo confusa.
-Sí, soy italiano,-dijo con un perfecto acento- y viví en Barcelona dos años.
-Que bien, mi tío vive allí-dijo Jake.
El joven se rio.
-¿Vais a pedir o…?
-Sí,-afirmé riendo- dos Prosciutto normales y una de barbacoa pero con poca salsa picante.
El joven camarero apunto nuestra elección en una libreta.
-¿Y de  beber?
-¿Coca-Cola?-pregunté mirando a mis amigos.
Asintieron con la cabeza. El camarero lo apunto.
-¿Queréis patatas fritas, alitas de pollo o Fish’n Chips para antes de la pizza?
-Vale, trae dos raciones de  patatas-dijo Robert.
-Y que no se te olvide el kétchup- añadí yo.
Lo apunto todo en la libreta.
-En quince minutos estará todo listo.
-Gracias.
-A vosotros por venir-contesto antes de irse.
Un olor a pizza llegó a nuestros olfatos poco tiempo después de marcharse, olía genial.
-Os habéis fijado que en todo lo que llevamos aquí, no hemos hablado nada de nosotros mismos, hemos hecho como una especie de nueva vida-dijo Valeria.
-Es verdad, a todo esto, ¿de dónde eres Cris?-pregunté curiosamente.
-Soy de Gran Canaria.
-Ahí tengo yo familia-dije sonriendo.
-¿Y tú, Sara?-preguntó ella.
-Yo soy de Asturias.
-Kat es Neoyorkina y yo de Valencia,-añadió Valeria-¿Y vosotros chicos de donde sois?
-Nosotros, de la capital, Madrid-contestó Zack.
-Jo, siempre he querido ir a Madrid-dije.
-Ya tendrás tiempo- dijo Jake mirando a Alex.
El camarero llegó con nuestras patatas fritas, eran dos raciones gigantes. A continuación puso en la mesa un bote de kétchup, otro de mayonesa y otro de mostaza. Valeria cogió el kétchup y lo echo en uno de los platos de patatas. En el otro Kat echo mayonesa. Nos comimos las patatas mientras hablábamos sobre varios temas. Al cabo de diez minutos el camarero volvió a nuestra mesa con las tres pizzas partidas en triángulos. Cogimos cada uno una porción de una de las pizzas de jamón y queso.
La puerta del local se abrió, una pareja más o menos de nuestra edad entro. Estaba segura de haber visto a esa chica en alguna parte.
-¿¡Esa chica, no es la que tiene una cover increíble de Not Just You en YouTube?-pregunto Cris.
-¿Ebony Day?-pregunte algo confusa.
-Sí, ¡esa es!- exclamó ella.
-Pues está muy buena-dijo Jake.
-Y pillada-dijo Robert picándole.
-Sara, ¿me acompañas a decirle que me encantan sus covers? Es que me da vergüenza-preguntó Cris tímidamente.
-Claro, vamos.
Nos levantamos de la mesa y nos acercamos hasta donde estaba Ebony. La chica nos miró intentando averiguar quiénes éramos, pero por la cara que puso no tenía ni la mas remota idea.
-Hey, are you Ebony Day, right?-pregunte.
-Oh, Yes, why?-pregunto sonriendo.
-We just wanna tell you that we love your cover of Not Just You. You have an awesome voice!
-Thank you-dijo la chica con una sonrisa aun mas grande en la cara.
-Well bye, haha and thanks for your time-contesto Cris.
-Bye and nice to meet you-dijo Ebony.
Volvimos a nuestra mesa con nuestros amigos.
-¿Es su novio?-pregunto Jake nada más sentarnos.
-¡Jake!-exclamé riñéndole- es su vida.
-Ya pero quiero que sea parte de la mía.
-Oh, qué bonito,-dijo Kat- que pena que no vaya a ser así.
-¿Quién sabe?-dijo Valeria antes de darle el último mordisco a su porción de pizza.
Nos acabamos la primera pizza y empezamos la segunda, la de barbacoa. Poco tiempo después la acabamos. Como ya estábamos llenos y se hacía tarde, decidimos volver a casa con la última pizza en la caja de cartón que nos había dado el camarero. Salimos del local y emprendimos la marcha hacia nuestra residencia. Atravesamos la calle del Nando’s donde conocimos a Niall y seguimos por Main Street hasta llegar al último desvío hacia nuestra casa. Cuando llegamos nos llevamos una gran sorpresa. El patio de la residencia estaba llena de gente, había muchos más estudiantes, un autobús con un cartel que ponía All Saints Anglican School, acababa de llegar.

sábado, 29 de septiembre de 2012

Capítulo 10: Is This Love?



La primera clase del jueves era historia, una de las clases que más odiaba, me aburría demasiado, me senté en la segunda fila de al lado de la ventana y para mi sorpresa Valeria se sentó con Kat delante.
-Ya me darás las gracias, luego-dijo sonriendo mirando hacia la puerta.
Ahora lo comprendía, el chico moreno al que había conocido hace cuatro días estaba entrando por la puerta con el resto de los chicos.
-¿Me siento contigo vale?-preguntó sonriendo.
-Sí, que así no se me hace eterna la clase.
-¿Me parece raro, que Valeria o Kat no se hayan sentado contigo?
-Ya,-contesté fulminando a las chicas con la mirada-creo que lo tenían planeado.
-Por lo menos, tenemos una cosa buena.
-¿El qué?-pregunté confusa.
-Qué no nos vamos  a aburrir escuchando la clase-dijo sacando unos cascos del bolsillo de la sudadera.
-Alex, como nos pillen te mato.
-Toma y calla,-dijo dándome uno-esto lo he compuesto esta mañana antes de ir a desayunar.
Me puse un casco y una melodía de guitarra comenzó a sonar, conocía esa canción y no la había compuesto él.
-Esto no lo has compuesto tú ni de coña, esa canción es de Whitesnake-dije mirándole fijamente a los ojos.
-Mierda, te las sabes todas.
-Sí,-dije riendo-¿pensabas que iba a colar?
-Con los chicos coló.
-¿En serio? Madre mía, no saben de música.
-No tanto como tú.
Sonreí quitándome el casco.
-Eso es cierto, a mi no me engañas.
-Ya, lo de la nota aún podría ser mentira ¿eh?-dijo mirándome divertido.
En ese momento entró la profesora por la puerta.
-Qué sepas que te has librado de un puñetazo gracias a la profesora-dije en voz bajita.
-¿Qué? No te oigo-dijo vacilante.
-Pues lo vas a sentir-dije dándole una patada por debajo de la mesa.
-Au-chilló en voz baja.
-No vuelvas a andar en mis cosas ni en mi habitación.
-¿Ni para darte sorpresas?
-Ni para sorpresas.
-Vale,-suspiró- por cierto ¿qué tienes pensado hacer esta tarde?
La profesora miró a Alex, este disimuló escribiendo la fecha en la libreta. Cogí mi boli e hice lo mismo. La profesora siguió explicando la historia de los reyes de Inglaterra. Valeria dejó disimuladamente un trozo de papel encima de mi mesa.
-Ya vas contando lo que pasó esta mañana, me da igual que lo lea Alex, tú escribe.
-No pasó nada, simplemente quería pedirme perdón por haber entrado en nuestro cuarto sin permiso y asegurarme que no habían abierto ningún cajón.
-Ya, y por eso cuando abrimos la puerta, estabais tan cerca,
-Fue solo un abrazo, nada más. Créeme si pasa algo os lo cuento, prometido.
-¿El qué va a pasar?-preguntó Alex susurrando mirando el papel.
Le devolví la hoja a Valeria y la miré esperando su respuesta con la mirada, ella asintió y se dio la vuelta en su silla.
-Nada.
-¿Entonces a qué te refieres en la nota?
-A que si pasa algo entre nosotros, se lo tengo que contar.
-¿Y por qué tiene que pasar algo entre nosotros?
-No sé, ellas piensan que pasa algo por lo de esta mañana.
-Ah ya-dijo Alex sonriendo- y si por alguna casualidad pasa algo y quiero que sea secreto.
-¿Eso significa que sí puede pasar algo?-pregunté divertida.
-Puede,-dijo sonriendo-aún no has contestado a mi pregunta.
-¿A qué pregunta?-pregunté confusa.
-¿Qué vas a hacer de tarde?
-No sé ¿por?
-Por qué a lo mejor nos vamos de visita.
-¿A dónde?
-Ya lo verás.
En ese instante sonó el timbre. La clase de lengua se me pasó demasiado rápido y el timbre volvió a sonar. Me levanté, cogí mi mochila y me dirigí hacia el patio con los cascos puestos, Kat y Valeria venían detrás. Me senté en una esquina de la cancha de fútbol, los chicos venían en nuestra dirección para jugar un partido.
-¿Te importa sentarte en todas las clases con Alex y que yo me siente con Kat?-preguntó Valeria.
-No hay problema-contesté sonriendo.
-¿Qué vamos a hacer de tarde?-preguntó Kat.
-A mí me ha dicho Alex de ir a no sé dónde.
-Oh, qué bonito-dijo Valeria haciendo un corazón con las manos.
Moví la cabeza de un lado a otro y para mi sorpresa vi que dos de las chicas italianas creo que eran Mel y Sam estaban hablando, o mejor dicho ligando, con Alex.
-Oh, oh, ¿qué has visto?-preguntó Kat- ¿A quién le tengo que partir la cara?
-A nadie,-contesté relajándome-solo están hablando.
Alex se alejó de las chicas haciendo un gesto de despedida con la mano y se acercó a nosotras, se sentó a mi lado.
-¿Qué querían esas?-dije sin disimular el tono de enfado.
-Sam, quería quedar conmigo esta tarde.
-¿Y qué le has dicho?-pregunté temiendo lo peor.
-Que no podía quedar, que ya tenía la tarde ocupada.
En ese momento una sonrisa se dibujó en mi cara.
-Chicas, ¿queréis venir a dar una vuelta por Londres?-preguntó Alex.
-No, gracias-contestó Valeria mirándome- nos vamos a ir con los chicos a ver una peli.
-Entonces nos vamos a algún lado tú y yo ¿no?-preguntó Alex mirándome.
-Sí.
-Chicas ¿nos cubrís?, decid que estamos malos o algo ¿vale?-dijo Alex mirando a Kat y a Valeria.
Las dos asintieron. Alex cogió mi mochila del suelo y me tendió la mano para ayudar a levantarme. Me levanté confusa y sin soltar su mano le seguí corriendo en dirección a la puerta. A la salida del recinto solté su mano.
-¿No se suponía que íbamos esta tarde?
-Se suponía, sorpresa.
-¿A dónde vamos?
 -Tengo una idea, sígueme.
Caminé a su lado por una de las calles que ya tenía más que conocida.
-¿Quieres desayunar?
-Vale-contesté sonriendo.
-Pues entremos aquí.
Un Starbucks estaba justo a nuestro lado, entramos y fuimos al mostrador. Pedimos nuestros desayunos y poco tiempo después fuimos al mostrador a recogerlos. Nos sentamos en una de las mesas dentro del local. Alex bebió un sorbo de su chocolate. Yo hice lo mismo con mi caramel machiatto.
-¿Dónde tienes pensado ir?-di otro sorbo a mi café y le miré directamente a los ojos.
-Pues tenía una sorpresa para ti pero hasta las cuatro no te la puedo dar.
-¿Y por qué tanta sorpresa?
-Se ve que aún no te has dado cuenta.
-Pues no-le miré confusa-¿me tengo que dar cuenta de algo?
-No, tranquila, pronto lo sabrás-se acabó de un trago el chocolate.
Alex sonrío. Tenía los labios manchados de chocolate y también la cara. Moví la cabeza de un lado a otro y me empecé a reír. Le desapareció la sonrisa de la boca se miró en el servilletero y se limpió la boca con una servilleta. Después volvió a sonreír.
-¿Te queda mucho?
-No, solo un trago,-acabé el caramel machiatto-ya está.
-¿Nos vamos?
-Sí.
Mañana soleada. Hacía frío. Las calles de Londres estaban medio vacías, un señor hablaba por teléfono en una de las famosas cabinas de color rojo. Una ráfaga de viento sopló justo cuando salíamos del Starbucks. Me estremecí. Alex se dio cuenta.
-¿Tienes frío?
-Un poco.
-Toma.
Se quitó la sudadera, una muy bonita de color azul de marca Rip Curl y me la dio. Me quité la mochila. Él la cogió, me puse su sudadera y me subí las mangas un poco porque me quedaba gigante. Se dio cuenta y sonrió.
-¿Quieres que te lleve la mochila?
-No, no hace falta.
-Vale-dijo tendiéndome la mochila.
Continuamos nuestra ruta por una de las calles que llevaban al palacio de Buckingham cerca del parque en el que nos habíamos puesto a tocar el día anterior. Miré el reloj, ya eran  las doce de la mañana, la hora de comer. Aun se me hacía raro comer dos horas antes, pero ese era el horario del instituto y de toda Inglaterra.
-Alex, ¿Tienes hambre?
-Sí, ¿tu?
-También, ¿Vamos al McDonald’s?
-Vale, me parece que hay uno por aquí cerca.
-Lo hemos hecho al revés.
-¿El qué?-pregunto confuso.
-Hemos tomado primero el postre y ahora vamos a comer.
Se rio.
-Es verdad, vamos al revés del mundo.
Caminamos durante quince minutos por el camino de un parque, una ardilla corría por el prado perseguida por un pequeño perro de raza Yorkshire que ladraba alegre. La ardilla escaló por uno de los troncos de los inmensos árboles que había. Contemplé el paisaje, era precioso, verde, como los prados que había donde yo vivía. La verdad se parecía bastante, pero añoraba a mi familia y a mis amigos a pesar de estar pasándomelo bien. Atravesamos el camino y vimos un pequeño carrito en el que vendían perritos calientes, unos bien grandes.
-Alex, ¿Te apetece un perrito caliente en vez de ir al McDonald’s?
-Te iba a preguntar justo lo mismo.
Sonreí. Era increíble la cantidad de cosas que teníamos en común, y las que aún me quedaban por descubrir. Nos acercamos al carrito de los perritos calientes. Una joven rubia estaba atendiendo a dos niños mientras que otra morena hacía los perritos. Llegó nuestro turno.
-How can I help you?
-Can you give us two hot dogs, chips and two Cokes please?-preguntó Alex.
-Sure wait a few minutes.
Esperamos un rato mientras se freían las patatas. Al fin teníamos todo.
-How much is it?
-It’s six pounds fifty pence.
-Okay, here you are-Alex pagó la comida.
-Thank you.
-You’re welcome. Bye.
-Bye.
Nos sentamos en uno de los bancos del paseo por el que habíamos ido a comer. La gente pasaba a nuestro lado pero nos daba igual, era la hora de comer. Tras acabar mi perrito me levanté.
-¿Vamos a dar una vuelta por el parque mientras comemos las patatas?
-Vamos.
Alex se levantó, cogió su Coca-Cola y la abrió, caminamos por otro camino que daba a un estanque en el que había patos y cisnes, además de alguna planta y una pequeña isla en el centro. Nos acercamos al estanque, a nuestra derecha había un restaurante tenía las paredes de madera y un montón de mesas fuera en las que la gente disfrutaba de su comida. La mayoría de la gente eran turistas, por lo que pude distinguir, había algunos franceses e italianos, y me parece que alemanes. Un pato se acerco a donde estábamos, en frente de una barandilla de color verde que separaba el estanque de la acera. Alex cogió una de mis patatas y se la tiró al pato. Éste se la comió.
-Mira, si le gustan las patatas.
-¿Cómo no le van a gustar las patatas con lo ricas que están?-dije comiendo una.
Le tiró otra patata al pato.
-¡Oye que me las acabas!-me quejé riendo-se va a comer el pato mas patatas que yo.
-Ya has comido bastantes-dijo riendo.
Le miré con cara de asesina y echó a correr. Le perseguí por el borde del estanque corriendo hasta que le alcancé. Dejó de correr y camino a mi lado.
-¿Me vas a pegar?
-No-dije sonriendo- si me dices lo que es la sorpresa.
-Si te lo digo no será una sorpresa.
-Es verdad.
-Pero te queda media hora para descubrirlo, aunque antes tenemos que llegar hasta allí.
Atravesamos el parque y llegamos a la zona central de la ciudad, se veía el Big Ben parecía gigante, cruzamos una calle y vimos un guardia subido a un caballo, parecía una especie de palacio pero no era el de Buckingham, por allí ya habíamos pasado. ¿A dónde me llevaba Alex? ¿Al palacio de otra reina?