sábado, 30 de junio de 2012

Capítulo 5: Breakout



Un rayo de luz entró por la ventana de la habitación, esa luz consiguió despertarme. Me levanté despacio para no despertar a Alex. Desperté a Valeria sigilosamente, cogí mi guitarra y salimos de la habitación. Entramos en nuestra habitación, posé mi guitarra al lado de la cama y volvimos a echarnos a dormir. Eran las seis de la mañana y hasta las ocho no teníamos que ir a desayunar. En dos horas escuché como una canción sonaba en la mesita de al lado de mi cama. Era la alarma del móvil. Me levanté y quité la alarma. Valeria se había despertado. Me acerqué al armario y elegí unos shorts verdes con una camiseta de manga corta de los Angry Birds. Valeria se levantó de la cama y se puso unos shorts azul oscuro y una camiseta de color fucsia. Nos acabamos de vestir y fuimos al baño a lavarnos y a peinarnos. En unos minutos bajamos a la planta baja, salimos del edificio principal y llegamos a la cafetería tras atravesar el patio. Entramos a la cafetería, cogí una bandeja y me puse  a la cola con Valeria para desayunar, los chicos aún no habían llegado.
Me acerqué a la mesa en la que estaban las jarras con las bebidas, me serví un poco de café y llene más de la mitad del vaso de leche templada, eché tres cucharadas de azúcar y me acerqué a otra mesa para coger un croissant. Valeria se sirvió un vaso de zumo de naranja y cogió dos tostadas con mermelada. Nos sentamos en la misma mesa en la que habíamos cenado el día anterior. Las chicas italianas nos saludaron.
-Good morning, girls-dijo una de las chicas italianas.
-Good morning-contestamos nosotras.
-Do you want to come with us?-preguntó otra de las chicas.
-Maybe tomorrow, -dije sonriendo- we are waiting to the Spanish boys but thanks anyway-dije amablemente rechazando su oferta.
Al cabo de unos minutos  los chicos entraron por la puerta de la cafetería, nos saludaron y fueron a por el desayuno. Unos segundos después se sentaron en nuestra mesa y las chicas italianas nos miraron comprendiendo por qué no nos habíamos sentado con ellas.
-¿Qué tal habéis dormido?-preguntó Alex mirándonos.
-Bien, tu cama es muy cómoda-contesté riendo.
Alex me miró sonriendo.
-¿¡Dormiste en su cama!?-preguntó Jake sorprendido mirando a Alex.
-Sí, ayer Valeria y yo nos quedamos dormidas en vuestra habitación, ¿no te acuerdas?-contesté mirándole.
-No, debe de ser el jet lag, -dijo mirándome sonriendo.
-Tío, el jet lag es solo cansancio no lo confundas con la resaca-interrumpió Robert riendo.
-¿Y luego a donde fuisteis?, hoy por la mañana no estabais allí- preguntó Nico.
-A nuestra habitación-contestó Valeria riendo-por cierto, ¿vamos a ir hoy a donde dijimos ayer?-preguntó mirando a los chicos.
-¿A dónde vamos?-pregunté algo confusa.
-A ver el Big Ben y el London Eye-dijo Zack.
-Vale-contesté sonriendo.
Acabamos de desayunar, eran las ocho y cuarto, a las ocho y media debíamos de estar en la entrada del instituto por lo que nos dirigimos hacia allí. Los chicos iban delante de nosotras. Las chicas italianas iban caminando a nuestro lado y comenzamos a hablar.
-Are you from Spain, right?-preguntó una de ellas.
-Yes-contesté sonriendo.
-Nice to meet you-dijo otra chica sonriendo-Me llamo Sam.-dijo hablando nuestro idioma sonriendo- se dice así ¿no?
-Sí-contestó Valeria-Do you speak Spanish?
-No haha, I just know a little bit, my uncle lives in Barcelona-contestó Sam.
-Cool-dije yo- My name is Sara and she is Valeria.
-And they are Melissa and Isabella, but you can call them Mel and Bella-dijo Sam sonriendo.
-Nice to meet you-dijimos Valeria y yo.
-We are going to be late!-exclamó una de las chicas.
-Bye!-dijo otra.
-Bye!-contestamos nosotras.
Ya estábamos en la puerta principal. Nos acercamos a donde estaban los chicos y prestamos atención a una chica de unos veinte años que estaba explicando por donde debíamos ir a las clases. Nos dio un horario a cada uno y se fue. A las nueve en punto, teníamos la primera clase…Matemáticas. Fuimos a la habitación a por la mochila con el estuche y las libretas y bajamos las escaleras corriendo para llegar puntuales a clase, los chicos ya estaban allí, pues habían ido a desayunar ya con las cosas de clase. Entramos por la puerta y nos sentamos, las mesas estaban colocadas por filas, por lo que Valeria y yo nos sentamos al lado en las dos primeras mesas  y los chicos se fueron sentando detrás de nosotras. La clase se fue llenando, las chicas italianas Sam, Mel y Bella estaban también en nuestra clase. El último en llegar fue el profesor, un tipo joven rubio de pelo corto y ojos marrones.
-Good morning guys, my name is Tim and I’ll be your maths teacher.-dijo presentandose.
-Good morning-contestamos nosotros.
-Today we are going to learn about algebra, -dijo el professor.
Y ahí fue cuando desconecté, y empecé a pensar en lo que había pasado desde que habíamos llegado. Valeria estaba atendiendo a la clase por lo que decidí no molestarla. Tim seguía explicando su algebra y sus expressions algebraics y había llenado la pizarra de números y letras. Alex, que estaba sentado detrás de mí miraba a la pizarra con cara de no estar entendiendo nada y Zack estaba haciendo dibujitos en su libreta con un boli de Bic negro. Zack me dio una idea, abrí mi cuaderno por la primera página, puse en letras dobles MATHS y decoré la portada de la libreta con letras de mis canciones favoritas en inglés. Después copié lo que había escrito en la pizarra…algo de lo que tenía un poco de sentido para mí. Las matemáticas, da igual en el idioma que fueran no eran lo mío, así que pasé una página y comencé a componer una canción.
Sometimes when you go to a place for the first time,
You feel that everything is starting again,
That everything can change,
And you have one more chance for be another girl,
Some person you ever wanted to be.
Descubrí que Alex estaba intentando leer lo que escribía por encima de mi hombro así que le pasé la libreta. Cuando me la devolvió había algo escrito debajo de la canción en inglés-You don’t have to change, you’re perfect-le miré sonriendo. Me di la vuelta y el profesor estaba mirándome.-Ups-pensé-ya verás cómo me pregunta.
-What is your name?-preguntó el profesor mirándome.
-Sara-contesté.
-Can you please tell me how much it is 3x plus 4x?
-¿7x?-contesté sin tener ni idea.
-Yes-contestó sonriendo.
Le devolví la sonrisa y copié lo que acababa de escribir en la pizarra. Seguí intentando componer mi canción. Me encantaba escribir lo que sentía en mis canciones y así después demostrarle a la gente lo que sentía mediante las letras y la música que era lo que más me gustaba hacer.
So please just tell me, what I wanna hear,
Please tell me that I don’t have to go,
Please tell me that you want me here,
Please ne-never let me go.
Alex seguía mirando por encima de mi hombre, le parecía más interesante mi canción que la clase de mates. Y la verdad a mí también, por lo que seguí componiendo hasta que sonó el  timbre. Ese iba a ser mi pasatiempo de las clases de mates, escribir canciones en inglés. Tras unos cuantos versos más, sonó el timbre y teníamos la clase de Ciencias Naturales. Esta clase se me pasó rápido porque me gustaba el tema que estábamos dando. Hubo un rato de la clase que se me hizo eterno…hasta que por fin, volvió a sonar el timbre esta vez el del recreo.



viernes, 22 de junio de 2012

Capítulo 4: Games



Atravesamos el patio y llegamos al edificio principal, entramos y atravesamos la misma alfombra de moqueta roja de antes. Esta vez, en vez de subir escaleras arriba seguimos la alfombra roja por un pasillo ancho que había al lado de la recepción. Oímos ruido de gente hablando y nos acercamos, allí estaba la sala de ocio. Zack abrió la puerta y pasamos adentro. Las paredes estaban pintadas de verde pistacho. Había una televisión de pantalla plana colgada de una de las paredes, también había un billar, un futbolín, armarios con películas, y máquinas tragaperras.
-¿Jugamos al billar o vemos una peli?-preguntó Robert mirándonos a Valeria y a mí.
-Yo no sé jugar al billar-dije mirándole.
-No pasa nada ¿Te enseño?-pregunto Alex cogiendo uno de los palos.
-Vale-contesté mirando a Valeria.
Me acerqué a donde estaba Alex y vi como iniciaba la partida de billar. El resto de los chicos cogieron también los palos sobrantes. Alex colocó todas las bolas de colores dentro de un triángulo de plástico y puso la bola blanca en la mesa. Quitó el triángulo, se colocó en frente de la bola blanca, cogió el palo con la mano izquierda delante y la derecha atrás y con fuerza golpeó la bola blanca de forma que esta golpeara las demás haciendo que deshicieran el triángulo. Alex soltó el palo y colocó la bola blanca en frente de una de las bolas de colores.
-¿Quieres tirar tú?-preguntó mirándome.
-¿Me enseñas?-pregunté yo.
-Ponte aquí-dijo colocándome en frente de la mesa y poniéndose detrás de mía.
Puso el palo encima de la mesa.
-Pon la mano izquierda delante, cogiendo el palo así-dijo agarrando el palo.
Hice lo mismo que él y coloqué mi mano cerca de la suya.
-Ahora pon la otra mano aquí-dijo agarrando el palo con la otra mano.
Cogí el palo como él me había dicho.
-Ahora coloca el palo con la mano izquierda y empuja con la derecha-dijo situándose detrás de mía-¿Lo hago yo?-preguntó mirándome.
-Adelante-contesté mirándole a los ojos.
Alex y yo golpeamos la bola blanca y metimos una  bola en uno de los agujeros. Alex soltó el palo, me puso la mano en la cintura y me susurró al oído.
-Ahora, inténtalo tú sola.
Cogí el palo como él me había enseñado y golpeé la bola blanca de forma que esta golpeara la bola azul que tenía en frente y la llevara directa al agujero.
-Muy bien dijo Alex poniendo la mano para que yo chocara los cinco.
Dejé el palo encima de la mesa y choqué la mano de Alex.
-Valeria, tira tú ahora-dije mirándola.
Valeria cogió el palo, se colocó y metió una bola en uno de los agujeros.
-Tía, ¡no me habías dicho que sabías jugar!-exclamé sonriéndole.
-Mi hermano me enseñó-dijo sonriendo.
Valeria y yo nos sentamos en un sofá cerca de unas chicas italianas y dejamos que los chicos jugaran tranquilos la partida de billar.
-Tengo que contarte una cosa…-dije mirándola a los ojos.
-¿Te gusta alguno de los chicos?-preguntó Valeria mirándome divertida.
-No-contesté riendo.
-¿Entonces?-preguntó ella también riéndose.
-En el avión, cuando me quedé dormida soñé que estos chicos eran amigos de los de One Direction; soñé que Alex, se llamaba Alex y que me pedía salir; y que Liam Payne nos venía a recoger al aeropuerto y también soñé que Nico se llamaba Nico.
-Madre mía, ¿¡Todo eso has soñado en veinte minutos?!-preguntó Valeria sobresaltada.
-Sí,-conteste mirándole aún a los ojos-y lo más fuerte es que acerté los nombres de Alex y Nico.
-Ya, solo acertaste con eso…-dijo Valeria irónicamente.
-Bueno, -contesté ruborizándome- lo otro de momento aún no lo sabemos.
-Joder, vaya sueños más largos que tienes tú, y vaya pasada de sueño, me gustaría haberlo soñado… o vivirlo-dijo Valeria.             
-Ya,-dije mirándola-¿Por qué parte del sueño, o mejor dicho por qué chico?
-Liam-dijo riendo.
-Ya…-contesté riendo.
Los chicos acabaron su partida de billar y se acercaron a donde estábamos nosotras. Se había hecho tarde, ya eran las once de la noche y era la hora de subir a las habitaciones. Salimos de la sala y nos dirigimos hacia las escaleras.
-¿Queréis quedaros a hablar en nuestra habitación un rato?-preguntó Jake mientras subíamos las escaleras.
-¿No nos reñirán?-pregunté.
-No tienen porque entrarse-dijo sonriendo en voz baja.
Valeria y yo fuimos a ponernos el pijama, cogí mi guitarra y nos acercamos a la puerta de la habitación de los chicos. Abrimos la puerta y entramos sigilosamente.
-Hola-saludamos Valeria y yo al unísono.
-Chicas-dijo Alex.
-Aquí estamos-dije yo sonriendo.
-Sentaos-nos invitó Nico.
Valeria y yo pasamos dentro de la habitación, y coloqué mi guitarra contra una de las paredes. Me senté en una de las camas y Valeria se sentó a mi lado.
-¿Os puedo hacer una pregunta?-preguntó Jake.
-Ya la has hecho-dije sonriéndole.
Jake se rió
-¿Habéis venido a Londres a vivir o sólo os quedáis este curso?-preguntó.
-A vivir,-contestó Valeria-durante tres años.
-Como nosotros-dijo Zack sonriendo.
-Pues ya nos lo podemos pasar bien estos tres años,-dijo Alex-vamos a ser como una familia-dijo riendo.
-Sí, Valeria y yo somos las madres ¿no?-dije riendo.
-No,-dijo Robert-solo nos ayudaréis a sobrevivir aquí sin nuestras madres, ¿vale?
-Vale-dijimos nosotras riendo.
-¿Me dejas tu guitarra?-preguntó Alex.
-¿Sabes tocar?-pregunté sorprendida.
-Sí,-contestó-sé tocar alguna canción.
Fui a donde había dejado mi guitarra y la saqué de la funda, le puse la cejilla y saqué la caja de las púas. Le acerqué la guitarra a Alex y me senté a su lado. Se colgó la guitarra, colocó los dedos en el mástil, cogió una púa y comenzó a tocar. Tocó una canción que conocía: ‘Knocking On Heavens Door’, yo también la sabía tocar. Alex comenzó a cantar y me quedé con la boca abierta. Tenía una voz preciosa.
Cuando acabó la canción me dio la guitarra, la guarde con su ayuda y nos sentamos en su cama. Estaba cansada, Valeria seguía hablando con los chicos como una cotorra; estaban planeando lo que querían visitar de Londres y donde querían comer. Me tumbé en la cama de Alex, apoyé la cabeza en la almohada mirando hacia el lado contrario del que estaban los chicos. Alex se sentó apoyando la cabeza en el cabecero de la cama y noté como me miraba. Mis ojos se cerraban poco a poco, el viaje había podido conmigo. Oía las risas y las voces de Valeria y los chicos pero el sueño pudo conmigo y me quedé dormida. Al cabo de un rato, cuando me desperté, Alex estaba durmiendo a mi lado, me había metido en su cama y me había arropado con las sábanas. Valeria estaba dormida dentro de la cama de Zack, y este se había quedado dormido encima de las sábanas. Todos los chicos estaban dormidos por lo que no hice ningún movimiento para no despertarles. Volví a apoyar mi cabeza en la almohada y sentí como Alex respiraba a mi lado, parecía un angelito durmiendo. Su cara estaba en frente de la mía y vi como sus ojos color miel se abrían y me miraban fijamente. Le miré a los ojos sonreí y los cerré, pero noté como seguía mirándome. Al cabo de un rato me volví a quedar dormida. En frente del chico cuyo nombre había adivinado, y que puede que hiciera gran parte de mi sueño realidad. Puede…


viernes, 15 de junio de 2012

Capítulo 3: That's What I Go To School For

Los chicos, Valeria y yo, nos acercamos al mostrador de madera de pino con un cartelito dorado que ponía un nombre; Mrs.Rivers. Caminando hacia el mostrador, los chicos se pararon a mitad del camino y Valeria esperó con ellos, mientras que Alex y yo seguimos caminando hasta el mostrador.
-Hello!-saludó la señora.
-Hi!-contestamos nosotros.
-Excuse me, can you please tell us where are we going to live?-preguntó Alex con un acento británico mejor que el mío.
-Sure!-contestó la señora sonriendo.
Le devolví la sonrisa mientras Alex hacia un gesto a los chicos y a Valeria para que se acercaran. La señora se puso a buscar entre unas carpetas.
-Are you from Spain, right?-preguntó la recepcionista.
-Yes-contesté puesto que Alex no le estaba atendiendo.
La señora sacó unas hojas de una carpeta y unas llaves, los chicos y Valeria llegaron hacia donde estábamos y la señora nos entregó dos folios y unas llaves a cada uno. Mi llave y la de Valeria tenía escrito el número 17, y la de los chicos tenía el 18.
-Here you are the keys, the map and the rules of the school. Have a nice day!-dijo la señora sonriendo.
Le devolvimos la sonrisa, y comenzamos a subir las maletas y mi guitarra a la primera planta donde, como antes había deducido, estaban las habitaciones.  Había dos pasillos, uno con las habitaciones de las chicas y al fondo otro con las de los chicos. Nuestra habitación era la más cercana a la de los chicos, la señora Mrs. Rivers, suponía que Valeria y yo éramos lo suficientemente responsables como para vivir al lado de los chicos. Zack y Jake nos ayudaron a subir nuestras muchas, muchas maletas (y mi guitarra). Entraron en nuestra habitación y dejaron nuestras maletas en la entrada.
-Gracias-dijimos Valeria y yo sonriéndoles.
-De nada-contestaron ellos.
Después salieron de la habitación y fueron a recoger sus maletas. Mientras tanto Valeria y yo, le echamos un vistazo a la habitación. Había cuatro camas, tenían sábanas de color malva y una funda nórdica de lunares morados, verde pistacho y blancos. Las paredes también eran moradas y los armarios eran grandes de color blanco con espejos en las puertas. La luz del sol entraba por una ventana que estaba al lado de una de las camas. Me acerqué a la ventana y pude ver el paisaje, un paisaje precioso, un gran prado verde en el que se podían practicar diferentes deportes y tumbarse a tomar el sol. Cogí una de mis maletas donde tenía las cosas de clase. Saqué una revista, la última que había comprado y saqué un póster de Taylor Lautner sin camiseta. Cogí el celo y las tijeras de mi estuche, corté cuatro trozos de celo y pegué el póster en la pared. Valeria observó lo que hacía y buscó entre mis otras revistas los mejores pósters que podíamos pegar. Eligió algún que otro poster de One Direction, el cartel a tamaño original de la película Amanecer, y sacó de una carpeta algunas fotos impresas que habíamos sacado en verano. Cogió celo, y poco a poco fuimos decorando la pared de la habitación con fotos y posters. Coloqué mi guitarra en una esquina de la habitación cerca de la cama en la que iba a dormir, la que estaba junto a la ventana, y Valeria empezó a sacar cosas de la maleta. Hice lo mismo que ella, abrí una de las maletas en la que tenía la ropa y empecé a  meter camisetas en una parte del armario, nos repartimos las perchas y las estanterías y comenzamos a colocar toda la ropa que habíamos llevado. Colocamos los neceseres y las cosas de la ducha en una estantería, metimos la ropa interior en un cajón, el pijama debajo de la almohada y las zapatillas debajo de la cama. Saqué mis bolsos, mochilas y calzado de otras dos maletas y coloqué mis playeros, botas, botines y sandalias al lado del armario; Puse los bolsos y las mochilas en una estantería y Valeria hizo lo mismo con  sus cosas. Una  hora después, las siete y media, teníamos todo listo. Nos peinamos y arreglamos y fuimos a la habitación de los chicos para bajar a cenar. Llamé a la puerta.
-¿Quien?-preguntó una voz al otro lado de la puerta.
-Nosotras-contestó Valeria.
-¿Quien es nosotras?-preguntó la misma voz.
-¿Que otras nosotras conoces ya?-pregunté abriendo la puerta.
Los chicos nos miraron, y sonrieron.
-Hola chicas-saludó Nico.
-Hola-contestamos.
-¿Estáis listos para ir a cenar?-preguntó Valeria.
-Puede-contestó Alex-¿Me ayudáis a colocar las camisetas?
-A ver, voy-dije suspirando y acercándome al armario en el que estaba Alex.
Su habitación era más grande que la nuestra, tenía cinco camas, y cinco armarios. Las fundas nórdicas de sus camas eran azules y los armarios de madera negra. Empecé a doblar las camisetas de Alex, que estaban hechas un churro, y a apilarlas en una de las estanterías de su armario. Mientras tanto, él estaba colgando en perchas sus chaquetas y los pantalones; Valeria estaba hablando con los chicos. Al cabo de unos minutos acabé de colocarle las camisetas y todos estaban listos. Nos encaminamos hacia la cafetería del instituto. Salimos del edificio en el que estaban las habitaciones, los baños y vestuarios y atravesamos el patio. Por lo que había visto por el momento, deduje que el prado que se veía a través de mi ventana estaba detrás de nuestro edificio, y no delante; donde estábamos ahora. Tras atravesar el patio, cubierto por canchas de volley, fútbol, baloncesto y dos pistas de tenis. Llegamos a un edificio, la fachada era de ladrillo rojo y tenía el tejado de pizarra. Pasamos dentro y descubrimos que era el instituto donde estudiaríamos. Tras pasar el pasillo principal, por el olor a patatas fritas, deduje que la cafetería estaba al fondo a la izquierda. Aceleré el paso, como si supiera por donde iba y Valeria y los chicos me siguieron. Mi deducción no falló y la cafetería estaba justo donde yo pensé.
-Llegamos-dije abriendo la puerta.
La cafetería era enorme, había un montón de mesas y sillas. Nos pusimos a la cola para ir a pedir la cena, cogimos una bandeja, los cubiertos y cuando llego nuestro turno pedimos la cena.
-What do you want for dinner?-me preguntó sonriendo un camarero de unos veinte años.
-I’d like to eat meat with chips and salad, please-contesté sonriendo.
-Here you are-contestó el jóven dándome un plato con lo que había pedido.
-Thanks!-dije sonriendo.
El camarero sonrió guiñándome un ojo, me despedí de él y fui en busca de una mesa vacía con sillas suficientes. A los pocos minutos de sentarme en una mesa en la zona oeste de la cafetería, Valeria llegó hacia donde yo estaba con un plato de huevos fritos y patatas. Los chicos fueron llegando uno a uno con sus platos variados.
-Qué aproveche-dije cuando todos estábamos comiendo.
-Gracias-contestaron.
Me serví medio vaso de algo que parecía zumo de naranja mezclado con agua. Bebí un trago y como no me gustaba me bebí el vaso entero de otro trago y rellené el vaso de agua. Eché kétchup a las patatas y comencé a cenar. Partí los dos tomates que me había echado el camarero en trocitos y los junté con las hojas de lechuga. Revolví la ensalada y le eché sal de unos sobres que había en un dispensador encima de la mesa. Empecé comiéndome la ensalada y luego la carne asada con patatas. En quince minutos todos acabamos de cenar. Llevamos las bandejas a su sitio, tiramos las sobras a la basura y colocamos los cubiertos en una mesa para que poco después los llevaran a lavar. Salimos de uno en uno por la puerta y fuimos caminando tranquilamente por el pasillo.
-La comida estaba rica-dijo Valeria.
-Sí, por lo menos hay lo mismo aquí que en España-contesté.
-¿Qué vais a hacer ahora?-preguntó Robert,
-¿Nos vamos a dar una vuelta?-pregunté mirándoles.
-¿Qué os parece una ruta turística por el instituto?-sugirió Alex.
-No, nos vamos a meter en líos-dijo Valeria.
-Es verdad,-afirmé yo-mejor otro día-dije guiñándole un ojo a Alex.
-¿Nos vamos a jugar al billar o a ver una peli?,-sugirió Nico-creo que hay sala de ocio.
-Vale-dijo Valeria sonriendo.
Salimos del edificio del instituto y nos dirigimos al patio, allí Alex preguntó a un grupo de chicos franceses donde estaba la sala de ocio; estos contestaron en un inglés con acento francés que estaba en la planta baja del edificio en el que dormíamos, más conocido como el edificio principal.



viernes, 8 de junio de 2012

Capítulo 2: Evenings In London



*Aún en el avión, en el aeropuerto de Stunsted, Londres*

Valeria y yo nos levantamos de los asientos, cogimos nuestro equipaje de mano y salimos del avión. Nos vino a recoger un minibús para llevarnos a recoger nuestras maletas. Era prácticamente imposible no perderse en ese aeropuerto ¡Era gigante! Por fin, después de un rato, llegamos a la cinta que llevaba nuestras maletas, siguiendo todos los carteles que ponían ‘Bagagge Reclaim’. Hacía unos segundos descubrimos, que significaba Recuperar equipaje, gracias al dibujo de las maletas en el cartel y a que toda la gente que iba en nuestro avión se dirigía a esa zona. Incluidos aquellos chicos que habíamos ‘conocido’ haría una media hora, que por cierto no sé ni cómo se llamaban. ¿Sería Alex el nombre del chico que nos dio su número como yo había soñado?  ¡Meca! ¡Su número!
-Valeria, ¿El número del chico del avión?-pregunté- ¿Lo tienes?
Valeria se puso a rebuscar entre los bolsillos de su chaqueta. Nerviosa, al ver que no estaba el papel, miró también en los de los vaqueros.
-Sí, está aquí-dijo sacando el trozo de papel.
Cogí mi BlackBerry y marqué su número.
-¿Pero tía, que haces?-preguntó Valeria algo confusa.
-¿Quieres vivir una aventura con cinco españoles o no?-contesté yo.
-Nuestros padres nos van a matar, pero vale-accedió Valeria con una sonrisa dibujada en su cara.
Le di al botón de llamar y acerqué el altavoz a la oreja. A los tres ‘pi’ una voz de chico contestó.
-¿Si?
-Hola-dije nerviosa-soy una de las chicas del avión, ¿No decías algo de vivir una aventura?
-O sea que aceptáis ¿no?
-Sí, por cierto ¿Cómo te llamas?
-Quedamos en el ‘All Day Breakfast’ que está aquí cerca y hablamos ahora que vas a gastar mucho saldo, id yendo para allí que nosotros estamos llegando-contestó el chico, sin respuesta a mi pregunta.
El chico colgó el móvil.
Valeria y yo cogimos las maletas y mi guitarra, ya sacadas de la cinta, y nos pusimos en busca de un restaurante llamado ‘All Day Breakfast’. El nombre del restaurante me parecía un poco tonto; se desayuna una vez al día, no todo el día. Continuamos nuestro camino en busca del restaurante de nombre ridículo. Valeria levantó la cabeza y se quedó mirando algo con la boca abierta.
-Sara,-dijo dándome palmadas en el brazo- ¡Que hay hasta un Claire’s en el aeropuerto! ¡Acabamos de llegar y ya me está gustando esto! ¡Me encanta Inglaterra!
Nos acercamos al Claire’s, allí compramos collares y pulseras y buscamos con la mirada el restaurante de nombre ridículo. Un chico, con una gorra puesta hizo un gesto con la mano cuando posamos la mirada en él. Me dio por mirar por encima de su cabeza y entonces lo vi: Un letrero de fondo rojo y letras mayúsculas blancas ponía: ‘All Day Breakfast’.
-¡Son ellos!-exclamé cogiendo a Valeria de un brazo y señalando a los chicos
-Vamos-dijo ella caminando rápido hacia ellos.
La seguí y llegamos hacia donde estaban ellos. Tenían un montón de comida en unas mesas que habían juntado y dos sillas vacías a su lado.
-Pensamos que tendríais hambre-dijo el chico con el que había hablado hace unos minutos por teléfono, tenía la misma voz.
-Que majo-dije sonriéndole.
-Sentaos, no seáis tímidas-dijo otro de los chicos mirándonos.
Valeria y yo tomamos asiento.
-¿Cómo os llamáis?-preguntó un chico rubio de pelo largo con una gorra de los ‘Yankees’.
-Yo soy Sara-dije sonriendo, notando como todos me miraban.
-Y yo Valeria-dijo sonriendo con la misma sensación de atención que yo-¿Y vosotros?-preguntó mirándoles.
-Yo soy Alex-dijo el chico con el que hablé por teléfono.
“¿Casualidad, o soy adivina?-pensé ¿Se hará mi sueño realidad? No, no creo.”
-Yo Zack-dijo el chico de la gorra.
-Yo Nicolás-dijo un chico de pelo corto rubio mirándonos sonriendo.
Ole, acerté dos de cinco, ¿De verdad lo soñé, o escuché los nombres? Nunca lo sabré…”
-Yo me llamo Jacob, como el de ‘Crepúsculo’-dijo riendo un chico musculoso moreno y de pelo negro corto-pero llamadme Jake.
Valeria y yo sonreímos a la vez, no sé si con una sonrisa demasiado amplia para ser la primera vez que hablábamos con él.
-Y yo Roberto-dijo un chico con el pelo castaño claro y una mirada color miel que dejaba sin aliento-Robert para los amigos.
-Pues encantadas-dije sonriendo.
-¿No queréis comer nada?-preguntó Alex amablemente.
-Tenéis nachos, y unos bocadillos de jamón serrano, con tomate y mozzarella que están…-dijo Nico dándole un gran bocado a uno de los bocadillos-…sin palabras.
-Voy a por unas Coca-Colas, ¿Queréis otra cosa chicas?-dijo Jake mirándonos a Valeria y a mí.
-Coca-Cola-contestamos a la vez.
-Yo quiero un Kas-interrumpió Robert,
-Tú, tomas Coca-Cola-contestó Jake.
-Vale-contestó el chico lanzándole una mirada asesina y graciosa a la vez a Jacob.
-¿Veis? Se odian, como Edward y Jacob-dijo Zack riéndose.
Todos rompimos a reír, incluidos ‘Edward’ y Jacob. Jake fue al mostrador y pidió una botella fría de dos litros de Coca-Cola. Al rato llegó a la mesa con siete vasos de  plástico.
El chico se sentó y sirvió los vasos de Coca-Cola.
Cogí un nacho, lo unté de queso y me lo comí. Valeria cogió un bocadillo y yo hice lo mismo cuando acabé mi nacho. El bocadillo estaba riquísimo, la mozzarella se derretía por el calor del pan y le daba mejor sabor aún a las rodajas de tomate. Según Alex era un ‘Parma Cheese’ o algo así que había leído cuando los compró. Comí unos cuantos nachos más y bebí un trago de mi Coca-Cola. Se estaba haciendo tarde, pronto serían las seis.
-¿No se está haciendo un poco tarde?-preguntó Valeria.
-Sí,-deberíamos ir a la residencia-contestó Nico-¿En cuál estáis?
Valeria sacó un papel de su mochila y se lo entregó a Nico, éste sonrió.
-Vale, estamos en la misma residencia y en la misma clase.-contestó el chico sonriendo.
-Ahora sólo nos queda, encontrar una manera de llegar a la residencia, antes de que anochezca-dijo Alex.
-Pues, creo que aquí también hay autobuses-dije mirándoles-¿Y si cogemos uno?
-Buena idea-dijo Robert.
-¿No es mejor coger 2 taxis que así solo tenemos que dar la dirección y no nos perdemos?-dijo Valeria.
-Sí,-dijo Jake-me gusta tu idea.
-Ahora, a conseguir el número del taxi-dijo Zack.
-¡Tengo una idea! Vamos a parar un taxi a lo americano-dijo Alex.
-Estás loco-dijo Nico.
 Los chicos nos ayudaron con nuestras maletas…bastantes, y juntos salimos fuera del aeropuerto, allí había unos autobuses, y unos taxis pasando de un lado al otro. Alex silbó y levanto una mano, y no sé cómo ni de qué manera un taxi apareció a nuestro lado. Repitió lo mismo y vino otro. Nos metimos en dos taxis y dimos la dirección al taxista. Tras pasar por encima del Támesis; por el Tower Bridge y ver monumentos históricos como el London Eye o el Big Ben. Atravesamos una calle que llevaba a dar al palacio de Buckingham, donde vivía la reina de Inglaterra. Seguimos recorriendo en taxi algunas de las muchas calles frías de Londres, en 20 minutos estábamos en la residencia. Era un edificio blanco con hiedra en la fachada. Entramos al edificio, tenía muebles y puertas antiguos y réplicas de cuadros famosos, como ‘El Caballero de la mano en pecho’La Gioconda’ y algunos más que conocía de los que no recuerdo el título. Los muebles de madera, dejaban ver polvo acumulado en ellos durante años y la alfombra de moqueta roja que llevaba a la recepción tenía manchas, probablemente de polvo también. Posamos las maletas y mi guitarra en unas escaleras de caracol, también cubiertas de moqueta roja y nos dirigimos a la recepción donde una señora rubia de unos cincuenta años estaba dispuesta a atendernos. A primera impresión era un edificio que escondía secretos, y escondería aun más tras nuestra llegada a él.