Atravesamos el patio y
llegamos al edificio principal, entramos y atravesamos la misma alfombra de
moqueta roja de antes. Esta vez, en vez de subir escaleras arriba seguimos la
alfombra roja por un pasillo ancho que había al lado de la recepción. Oímos
ruido de gente hablando y nos acercamos, allí estaba la sala de ocio. Zack
abrió la puerta y pasamos adentro. Las paredes estaban pintadas de verde
pistacho. Había una televisión de pantalla plana colgada de una de las paredes,
también había un billar, un futbolín, armarios con películas, y máquinas
tragaperras.
-¿Jugamos al billar o vemos
una peli?-preguntó Robert mirándonos a Valeria y a mí.
-Yo no sé jugar al billar-dije
mirándole.
-No pasa nada ¿Te
enseño?-pregunto Alex cogiendo uno de los palos.
-Vale-contesté mirando a
Valeria.
Me acerqué a donde estaba
Alex y vi como iniciaba la partida de billar. El resto de los chicos cogieron
también los palos sobrantes. Alex colocó todas las bolas de colores dentro de
un triángulo de plástico y puso la bola blanca en la mesa. Quitó el triángulo,
se colocó en frente de la bola blanca, cogió el palo con la mano izquierda
delante y la derecha atrás y con fuerza golpeó la bola blanca de forma que esta
golpeara las demás haciendo que deshicieran el triángulo. Alex soltó el palo y
colocó la bola blanca en frente de una de las bolas de colores.
-¿Quieres tirar tú?-preguntó
mirándome.
-¿Me enseñas?-pregunté yo.
-Ponte aquí-dijo colocándome
en frente de la mesa y poniéndose detrás de mía.
Puso el palo encima de la
mesa.
-Pon la mano izquierda
delante, cogiendo el palo así-dijo agarrando el palo.
Hice lo
mismo que él y coloqué mi mano cerca de la suya.
-Ahora
pon la otra mano aquí-dijo agarrando el palo con la otra mano.
Cogí el
palo como él me había dicho.
-Ahora
coloca el palo con la mano izquierda y empuja con la derecha-dijo situándose
detrás de mía-¿Lo hago yo?-preguntó mirándome.
-Adelante-contesté
mirándole a los ojos.
Alex y yo
golpeamos la bola blanca y metimos una
bola en uno de los agujeros. Alex soltó el palo, me puso la mano en la
cintura y me susurró al oído.
-Ahora,
inténtalo tú sola.
Cogí el
palo como él me había enseñado y golpeé la bola blanca de forma que esta golpeara
la bola azul que tenía en frente y la llevara directa al agujero.
-Muy
bien dijo Alex poniendo la mano para que yo chocara los cinco.
Dejé el
palo encima de la mesa y choqué la mano de Alex.
-Valeria,
tira tú ahora-dije mirándola.
Valeria
cogió el palo, se colocó y metió una bola en uno de los agujeros.
-Tía,
¡no me habías dicho que sabías jugar!-exclamé sonriéndole.
-Mi
hermano me enseñó-dijo sonriendo.
Valeria
y yo nos sentamos en un sofá cerca de unas chicas italianas y dejamos que los
chicos jugaran tranquilos la partida de billar.
-Tengo
que contarte una cosa…-dije mirándola a los ojos.
-¿Te
gusta alguno de los chicos?-preguntó Valeria mirándome divertida.
-No-contesté
riendo.
-¿Entonces?-preguntó
ella también riéndose.
-En el
avión, cuando me quedé dormida soñé que estos chicos eran amigos de los de One
Direction; soñé que Alex, se llamaba Alex y que me pedía salir; y que Liam
Payne nos venía a recoger al aeropuerto y también soñé que Nico se llamaba Nico.
-Madre
mía, ¿¡Todo eso has soñado en veinte minutos?!-preguntó Valeria sobresaltada.
-Sí,-conteste
mirándole aún a los ojos-y lo más fuerte es que acerté los nombres de Alex y
Nico.
-Ya,
solo acertaste con eso…-dijo Valeria irónicamente.
-Bueno,
-contesté ruborizándome- lo otro de momento aún no lo sabemos.
-Joder,
vaya sueños más largos que tienes tú, y vaya pasada de sueño, me gustaría
haberlo soñado… o vivirlo-dijo Valeria.
-Ya,-dije mirándola-¿Por qué
parte del sueño, o mejor dicho por qué chico?
-Liam-dijo riendo.
-Ya…-contesté riendo.
Los chicos acabaron su
partida de billar y se acercaron a donde estábamos nosotras. Se había hecho
tarde, ya eran las once de la noche y era la hora de subir a las habitaciones.
Salimos de la sala y nos dirigimos hacia las escaleras.
-¿Queréis quedaros a hablar
en nuestra habitación un rato?-preguntó Jake mientras subíamos las escaleras.
-¿No nos reñirán?-pregunté.
-No tienen porque
entrarse-dijo sonriendo en voz baja.
Valeria y yo fuimos a
ponernos el pijama, cogí mi guitarra y nos acercamos a la puerta de la
habitación de los chicos. Abrimos la puerta y entramos sigilosamente.
-Hola-saludamos Valeria y yo
al unísono.
-Chicas-dijo Alex.
-Aquí estamos-dije yo
sonriendo.
-Sentaos-nos invitó Nico.
Valeria y yo pasamos dentro
de la habitación, y coloqué mi guitarra contra una de las paredes. Me senté en
una de las camas y Valeria se sentó a mi lado.
-¿Os puedo hacer una
pregunta?-preguntó Jake.
-Ya la has hecho-dije
sonriéndole.
Jake se rió
-¿Habéis venido a Londres a
vivir o sólo os quedáis este curso?-preguntó.
-A vivir,-contestó
Valeria-durante tres años.
-Como nosotros-dijo Zack
sonriendo.
-Pues ya nos lo podemos pasar
bien estos tres años,-dijo Alex-vamos a ser como una familia-dijo riendo.
-Sí, Valeria y yo somos las
madres ¿no?-dije riendo.
-No,-dijo Robert-solo nos
ayudaréis a sobrevivir aquí sin nuestras madres, ¿vale?
-Vale-dijimos nosotras
riendo.
-¿Me dejas tu
guitarra?-preguntó Alex.
-¿Sabes tocar?-pregunté
sorprendida.
-Sí,-contestó-sé tocar alguna
canción.
Fui a donde había dejado mi
guitarra y la saqué de la funda, le puse la cejilla y saqué la caja de las
púas. Le acerqué la guitarra a Alex y me senté a su lado. Se colgó la guitarra,
colocó los dedos en el mástil, cogió una púa y comenzó a tocar. Tocó una
canción que conocía: ‘Knocking On Heavens
Door’, yo también la sabía tocar. Alex comenzó a cantar y me quedé con la
boca abierta. Tenía una voz preciosa.
Cuando acabó la canción me
dio la guitarra, la guarde con su ayuda y nos sentamos en su cama. Estaba
cansada, Valeria seguía hablando con los chicos como una cotorra; estaban
planeando lo que querían visitar de Londres y donde querían comer. Me tumbé en
la cama de Alex, apoyé la cabeza en la almohada mirando hacia el lado contrario
del que estaban los chicos. Alex se sentó apoyando la cabeza en el cabecero de la
cama y noté como me miraba. Mis ojos se cerraban poco a poco, el viaje había
podido conmigo. Oía las risas y las voces de Valeria y los chicos pero el sueño
pudo conmigo y me quedé dormida. Al cabo de un rato, cuando me desperté, Alex
estaba durmiendo a mi lado, me había metido en su cama y me había arropado con
las sábanas. Valeria estaba dormida dentro de la cama de Zack, y este se había
quedado dormido encima de las sábanas. Todos los chicos estaban dormidos por lo
que no hice ningún movimiento para no despertarles. Volví a apoyar mi cabeza en
la almohada y sentí como Alex respiraba a mi lado, parecía un angelito
durmiendo. Su cara estaba en frente de la mía y vi como sus ojos color miel se
abrían y me miraban fijamente. Le miré a los ojos sonreí y los cerré, pero noté
como seguía mirándome. Al cabo de un rato me volví a quedar dormida. En frente
del chico cuyo nombre había adivinado, y que puede que hiciera gran parte de mi
sueño realidad. Puede…
No hay comentarios:
Publicar un comentario